Cuando hablamos de autismo estamos hablando de un conjunto de alteraciones semejantes, pero cuya manifestación varía mucho en grado y forma de una persona a otra.
Abarca a una serie de trastornos que afectan las habilidades comunicativas, la sociabilización y la capacidad de empatía de la persona.
Se manifiesta a través de la incapacidad de interacción social, el aislamiento del entorno y una personalidad replegada sobre sí misma de manera patológica a la que se añade una rigidez mental y del comportamiento.
Con el tratamiento adecuado se puede normalizar la vida de estas personas en gran medida.
El autismo no es una enfermedad, sino un trastorno que dura toda la vida. Empezamos a conocer algunos factores genéticos relevantes y hemos aprendido que no hay incapacidad o ausencia de relación sino "dificultades" para comunicarse.
La interacción social de un niño con autismo es deficiente, suele ser detectada inicialmente por las personas más cercanas al niño ya cuando es un bebé, cuando observan que éste se muestra indiferente a su entorno. Carecen de empatía y tienen dificultades para interpretar la situación emocional de las personas de su entorno. Hay incapacidad de autorreconocimiento, en ocasiones se autodenominan en tercera persona, por su nombre propio, en lugar de en primera persona con “yo” o “mi”.
Los científicos coinciden en establecer que los síntomas de los trastornos del espectro del autismo son el resultado de alteraciones generalizadas del desarrollo de diversas funciones del sistema nervioso central.
La causa, o causas, están aún por descubrir. Está claro que no se trata de una causa biológica única, sino que hay que considerar varios factores que pueden estar implicados. En la mayoría de los casos hay que considerar factores hereditarios. Sin embargo, los genes por si solos no pueden explicar todas las variaciones que se dan dentro del espectro de autismo. Hay que tener en cuenta la interacción entre el potencial genético y el entorno biológico antes y durante el nacimiento.
En otros casos existe una gran relación entre los trastornos del espectro del autismo y algunas patologías genéticas – fenilcetonuria, esclerosis tuberosa, neurofibromatosis, Fragilidad X.
En cualquier caso la evidencia de un mecanismo causal biológico y orgánico en el autismo es aplastante. Se ha demostrado, que no hay ninguna relación causal entre las actitudes y las actuaciones de los padres y las madres y el desarrollo de los trastornos del espectro del autismo.
Más información en:
¿Qué son los Trastornos del Espectro Autista?
http://www.autismo.org.es/AE/autismo/queesautismo/Que_son_los_Tastornos_del_Espectro_Autista.htm
¿Qué es el ASD?
http://www.nichd.nih.gov/espanol/salud/temas/autism/informacion/Pages/default.aspx
¿Qué es el autismo?
http://kidshealth.org/teen/en_espanol/mente/autism_esp.html