- Limpiar las superficies internas y externas de los dientes con movimientos verticales, inclinando el cepillo contra el borde de la encía y deslizándolo hacia delante, mediante una ligera presión. La parte interna suele descuidarse, por lo que tiene más importancia.
- Cepillar las superficies de cada diente con movimientos cortos hacia atrás. Frotar las muelas con movimientos circulares sacando cualquier resto de alimento.
- Emplear hilo dental para eliminar cualquier resto entre los dientes, introduciéndolo tensado en el espacio interdental. Seguir las curvas de los dientes deslizando la seda con suavidad hacia arriba y abajo hasta llegar a la encía sin dañarla.
- Pasar el cepillo suavemente por la lengua ayuda a eliminar bacterias y mantener un aliento más fresco.
- Enjuagarse con elixir bucal refuerza la limpieza.