Normalmente, tenemos la cantidad necesaria de cada tipo de colesterol y el colesterol puede circular por las arterias sin problemas. El colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) es el colesterol malo o aterogénico, responsable de la formación de las placas o obstrucciones. El colesterol de densidad alta (HDL) es el considerado como colesterol bueno, porque recoge el colesterol no utilizado y lo devuelve al hígado donde es eliminado. Se produce de forma natural en nuestro organismo y ayuda a reducir el nivel de colesterol en la sangre.
El nivel ideal de LDL debería estar por debajo de 130 mg/dl. El HDL ideal debería ser superior a 60 mg/dl. El colesterol bueno aumenta con una dieta rica en fibras y baja en grasas, así como practicando ejercicio físico habitualmente.