Para evitar los riesgos de los trastornos alimentarios es muy importante seguir unos hábitos saludables en la alimentación de la casa: dietas completas, equilibradas y en compañía. Al menos una vez al día, para comer o cenar, reunirse en familia para compartir la comida.
- Proporcionar un modelo de dieta (entendido como una ingesta) normal.
- Intentar establecer un horario fijo para las comidas, para que el sistema digestivo se habitúe a una regularidad.
- Realizar tres comidas al día: desayuno, comida y cena (con posibilidad de una cuarta: una merienda).
- Hacer un desayuno muy completo. La comida y la cena han de tener tres platos: entrante, segundo y postre.
- Servir cantidades (raciones) normales, con una dieta que sea equilibrada y variada (comer de todo).
- Bajo ningún pretexto se suprimirá alguna de las tres comidas esenciales.