La hemorragia es la pérdida de sangre desde el sistema circulatorio.
El sangrado puede ser interno o externo, a través de una abertura natural como la boca, nariz, oído, uretra, vagina o ano, o a través de una herida en la piel. Una persona sana puede tolerar la pérdida del 10 al 15% del total de sangre sin demasiadas dificultades médicas. A mayor volumen de sangre perdida, mayor riesgo vital.
Tratamiento. Desde un derrame de sangre de la nariz hasta un la salida de sangre por una herida abierta, de lo que se trata es de contener la hemorragia y detener la pérdida de sangre. Hay que poner al afectado en posición horizontal con las piernas levantadas y detener la salida de sangre presionando con un trozo de ropa limpia.