Una higiene bucal deficiente permite acumular en la boca restos alimenticios que producen ácidos que destruyen el esmalte. El ácido, junto a las bacterias, los restos de comida y la saliva crean una sustancia pegajosa llamado sarro que se adhiere a ellos y crea la caries. Esta caries crece poco a poco y daña los nervios de los dientes destruyendo su interior hasta su posterior deterioro y la caída final.
Comer a menudo y entre horas produce ataques de estos ácidos durante todo el día. Un buen cepillado y limpieza entre los dientes a diario es la mejor fórmula para combatir su posterior aparición.
Una forma de prevenir la caries dental y la enfermedad periodontal (de las encías) se consigue con una dieta equilibrada y reduciendo el número de refrigerios entre comidas. Si usted necesita picar, escoja alimentos nutritivos como verduras crudas, yogurt, queso o una pieza de fruta.