Las úlceras gástricas o duodenales ocurren cuando los ácidos que nos ayudan a digerir los alimentos dañan las paredes del estómago o del duodeno. La causa más común es la infección por una bacteria llamada Helicobacter pylori. Otra causa es el uso prolongado de antiinflamatorios como el ácido acetilsalicílico o el ibuprofeno, ya que son sustancias ácidas muy irritantes para la mucosa.
Su síntoma principal es el dolor en el epigastrio (la parte superior del abdomen), siendo de predominio postprandial (después de las comidas) o al acostarse, así como náuseas, vómitos o pérdida de peso.
Las complicaciones más graves de las úlceras son la hemorragia digestiva (HDA) o la perforación del intestino produciendo una peritonitis (irritación del peritoneo por el contenido ácido intestinal y sus gérmenes).