El trastorno bipolar es una enfermedad mental que genera cambios bruscos en el estado de ánimo. Causa cambios bruscos e inusuales de felicidad a tristeza y viceversa. A veces se sienten muy felices y “animados” y mucho más activos que de costumbre, a esto se le llama euforia o manía. Y a veces se sienten muy tristes y “deprimidos” y son mucho menos activos esto se le llama depresión.
Factores de riesgo. Las causas pueden ser genéticas o por un funcionamiento inadecuado de las áreas del cerebro que se ocupan de la regulación de la energía y el estado afectivo. El trastorno bipolar suele empezar en los últimos años de la adolescencia o al inicio de la edad adulta.
Los enfermos de trastorno bipolar pueden pasar de ser muy activos y felices a sentirse muy tristes y desesperanzados.
El trastorno bipolar no es lo mismo que los altibajos que experimentan todas las personas. Los síntomas bipolares son más potentes. El trastorno bipolar también puede provocar cambios en la energía y el comportamiento.
Pueden dañar las relaciones entre personas y hacer que sea más difícil ir a la escuela o conservar un empleo. Algunas personas que sufren del trastorno bipolar pueden llegar a intentar hacerse daño o suicidarse.
La duración de los episodios es muy variable, de días a meses o incluso años. Los episodios maníacos son más cortos que los depresivos. La recuperación suele ser completa, pero en algunas ocasiones los pacientes continúan manifestando sintomatología. En algunos episodios maníacos, no suelen darse cuenta de que están enfermos, se sienten mejor que nunca, no aceptan el tratamiento y no entienden porqué los demás tiene otra opinión sobre su conducta, lo que les coloca en situaciones sociales y familiares difíciles. En casos severos puede haber síntomas psicóticos (alucinaciones y delirios).
Los pacientes bipolares son más vulnerables al estrés ambiental tanto físico (falta de sueño, cambios estacionales, endocrinos (puerperio), exceso de actividad, consumo de estimulantes…) como emocional (conflictos familiares, problemas laborales…) y pueden precipitar recaídas tanto maníacas como depresivas.
Debe tenerse en cuenta que los factores ambientales actúan como factores desencadenantes, pero nunca constituyen la causa de la enfermedad.
Un aspecto muy importante a tener en cuenta en este trastorno, es que tanto los episodios, como el propio curso de la enfermedad son farmacológicamente modificables, pudiéndose lograr en muchos casos un control completo de la enfermedad.
Tratamiento:
- Farmacológico: necesario e insustituible para todos los pacientes. Los estabilizadores del estado de ánimo, entre los que se encuentra el litio, algunos antipsicóticos, antidepresivos y determinadas benzodiazepinas, son distintos medicamentos de gran utilidad.
- Psicoterápico: dirigido a resolver problemas y afrontar el estrés. Nunca sustituye al tratamiento farmacológico.
- Psicoeducativo: consistente en ayudar a los pacientes y familiares para reconocer, manejar y evitar complicaciones.
Más información en:
Trastorno Bipolar (fácil de leer)
http://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/trastorno-bipolar-facil-de-leer/index.shtml