No se dispone de vacuna ni de tratamiento específico para el Ébola. Sin embargo, pueden utilizarse tratamientos de apoyo (mantener el equilibrio de líquidos y electrolitos del paciente, manteniendo sus niveles de oxígeno y la presión arterial) y alivio y tratarlos como ante cualquier infección complicada.
La infección se confirma mediante el análisis de muestras de sangre, cultivos celulares, saliva o de orina, a través de diferentes métodos en laboratorios especializados y bajo estrictas medidas de bioseguridad.