La cocaína es altamente adictiva. Su efecto a corto plazo sobre el Sistema Nervioso Central produce euforia, agitación y aumento de actividad, sentimientos de grandiosidad, menor sensación de fatiga, hipervelocidad del pensamiento, reducción de la necesidad de dormir, inhibición del apetito, y aumento de la agresividad. Se describen efectos fisiológicos como aumento de la tensión arterial, dilatación pupilar, taquicardia.
A medio y largo plazo la cocaína provoca trastornos neurológicos y psiquiátricos. Se describen estados paranoides, episodios psicóticos y sintomatología afectiva de tipo depresivo. Por la activación de neurorreceptores con efecto estimulante existe riesgo de infarto de miocardio, y accidentes vasculares cerebrales. Hay que sumar los riegos asociados a la vía de administración.