Los síntomas principales son las hemorragias y la trombosis.
Se pueden producir sangrados en cualquier localización, como la epistaxis (hemorragia nasal) y el sangrado de las encías y del tracto gastrointestinal.
En este tipo de enfermedades es frecuente que aumente el tamaño de otros órganos de la sangre como son el bazo (esplenomegalia) y el hígado (hepatomegalia).